¿Cuál es tu receta secreta para ser única(o)? Cuatro lecciones de una “hechicera” que embrujaba con su voz
Donde quieras que vayas oirás voces, las que te rodean y las de tu cabeza, pero hay pocas que pueden generarte una paz que quisieras conocer al ser de donde emana. Así lo hice y pasó algo mágico.
En el último podcast de Factor Pasión entrevisté a una artista de la locución que, aparte de narrar comerciales en inglés y español, es la voz oficial de las meditaciones diarias escritas por Tamara Levitt y que son parte de la biblioteca de contenidos de la aplicación mundialmente famosa Calm, en español.
Ella se llama Diana Holguín y también es meditadora. Ella me hizo ver lo cautivadora de la vida de un “voice talent”, una profesión con la que puedes trabajar remoto desde su casa y por eso Diana siguió activa en plena pandemia. Quizás tengas más placer al escuchar la conversación y por eso te pongo aquí abajo el podcast. Si deseas disfrutarlo antes de leer lo que aprendí de su visión y pasión por la vida, aquí te espero. O haz click aquí para oírlo después.
Mis lecciones que aprendí a través de esa entrevista las resumo en estas cuatro pero seguro tu percepción puede hallar muchas más:
Tu marca
¿Te gusta tu nombre? Si eres de quienes se identifican con ese nombre que escogieron tus padres, te felicito. Tienes un punto a tu favor pero cuidado, tu nombre no te define en términos de quién eres.
¿Por qué? Porque aunque suene raro, eres más allá de esa marca. ¿Cuántas personas se llaman como tú? Es difícil ser el único. Sé de gente que en los aeropuertos han pasado un mal rato porque se llaman igual que un narcotraficante en fuga.
No fue mi caso lo del mal rato, pero sí hubo un tal alias El Padrino que se llamaba igual. Un ejemplo más cotidiano es si recuerdas cuando quisiste abrir una cuenta en una red social y tu nombre quizás ya existía. O busca ahora mismo en Instagram para que veas cuántos Rey Rodríguez o cuántas Diana Holguín hay.
Si tu marca no es diferenciadora, cómo haces para diferenciarte del resto. Te cuento que la falta de originalidad puede compensarse con tu velocidad. En el caso de Diana, ella fue entre todas las que se llaman igual, la primera (o la más veloz) que registró su dominio .com en internet.
DianaHolguin.com es suyo y ya hizo de su nombre una marca personal. En esa página web sí está todo lo que quiere transmitir sobre esta pasión que la hace diferente. Yo también decidí que no estaba de más tener mi página web donde esté al menos mi portafolio de lo que quiero mostrar al mundo, aunque eso pueda cambiar con los años. Pero me sorprendí cuando vi que valía más de 2,000 dólares.¿De verdad lo necesito?
La otra opción muy válida y potencialmente diferenciadora es usar un seudónimo que funcione como tu alter ego y con el que también te identificas. Es el caso de los cantantes, actores y otros que se dedican al mundo de entretenimiento, que ese seudónimo es su marca personal.
Obvio que no se te ocurrirá usar Bad Bunny o Shakira, pero quizás te animas con tu nombre acompañado de una G, como les funcionó muy bien a Becky G y a Karol G. También antes de elegirlo es bueno darse una pasadita para ver que alguien no se haya adelantado creando la página web o las cuentas en redes sociales. ¿Qué esperas?
El tema es que como creador, tu marca lo es casi todo, incluso para sentirte a gusto contigo misma (o). Pero cuidado, porque también puede ser una camisa de fuerza que no permita salirte del personaje que has creado y en el momento en que dejas de sentirte auténtico con esa identidad, se notará y tu marca lo resentirá. Moraleja: tu marca no es un camuflaje para dejar de ser ese con quien no te sientes a gusto.
Y si no te gusta tu nombre tienes dos opciones, aceptarlo o cambiarlo. Solo recuerda esta anécdota personal, yo no tengo especial afecto por mi nombre pero cuando me dieron la opción de cambiarlo (así de fácil al hacerme ciudadano estadounidense) por mi mente solo pasó un acto de aceptación total.
Decidí mantenerlo porque pesó menos el ego que imaginarme todos los trámites burocráticos que conllevaría empezar de cero si decidía ponerme algo más fancy u original. Me dije que lo original sean mis acciones o mi mensaje, no mi empaque o la portada del libro. Y te dejo con la duda de qué me habría colocado.
Tu esencia
Diana confesó en el podcast que en algún momento de su infancia en Estados Unidos no se identificaba con hablar en español y con rebeldía se negó a hablar en ese idioma con sus padres colombianos. Contó que fue ya de adulta que comprendió la ventaja enorme que significaría para su carrera como locutora el ser bilingüe.
Esa anécdota se conecta con otra en la que me hizo ver que pasó por distintos oficios, empleos y hasta una carrera universitaria fallida para darse cuenta que no era por ahí. ¿Te ha pasado que a veces programas tu vida como en automático porque quieres complacer a otros pero en el fondo no te complaces a lo que vibra en tu corazón?
Seguro habrás escuchado cientos de historias de abandonos (de personas, de carreras profesionales o de empleos). Es lo que otra de mis invitadas, Marguga, resume en un podcast con esta frase: ”Decir no para decir sí”.
Esto se traduce en que siempre (y aquí está lo más difícil) pronunciar un No al mundo externo es lo más válido cuando representa un Sí enorme para tu mundo interno. Es el mayor acto de amor propio y un camino seguro para estar en paz con lo que consideras tu esencia y para lo que es tu propósito en este mundo.
Siempre cualquier elección tiene sus consecuencias, pero la que más duele es aquella que puedes llegar a tomar sin ir en línea contigo. Así que puedes renunciar 1,000 veces a lo que sea, pero nunca a ser tú, con tu intuición y autenticidad siempre intactas.
Y así fue que cuando Diana flaqueó y estuvo a punto de tirar la toalla porque las cosas no se estaban dando al ritmo que ella deseaba, no decidió abandonar sino cambiar la estrategia de cómo se estaba valorando y decir: por aquí es y voy a disfrutar este proceso el tiempo que tome para estar donde quiero estar.
¿Tú has estado en una situación similar? ¿Estás disfrutando el camino, sin perder tu esencia, para llegar a donde quieres ir?
Tu impacto
Esa entrevista con Diana era un reto a sus temores y también para los míos porque era la primera entrevistada del podcast que no me conocía. Más allá de su historia de superación personal, surgió el tema de cómo en cualquier ámbito lo que puede llenarte más como ser humano es que tu camino sirva de inspiración para otros que apenas inician el suyo.
Pero no por un asunto de ego sino al contrario, por la humildad de tener la vocación de aprender siempre, incluso cuando enseñas o das consejos si te los piden.
Cuando le pregunté sobre detalles de la industria de la locución surgieron varios temas de los que ella ahora, sin quererlo, se ha vuelto mentora para las nuevas generaciones de personas que desean incursionar en esa área.
Me contó su experiencia por el hecho de ser latina en el mundo angloparlante, ser mujer en una industria que antes era dominada por voces masculinas, y la bendición de ser ella misma practicante de la meditación antes de ser la voz de una de las app más usadas para practicar ese método de conexión espiritual.
El impacto que uno puede tener puede partir también de las cosas sencillas que experimentas, porque tienes conciencia de tu entorno y te dejas sorprender por la naturaleza.
Esos micropoemas que pueden marcar la diferencia entre vivir en automático, sin conciencia de tu escenario, se palpan en la capacidad de Diana de transmitir en sus publicaciones en Instagram su conexión con esos regalos del universo (desde flores o alimentos coloridos, un atardecer, el mar, una obra de arte y hasta pequeños momentos con su mascota o su pareja o cómo el jarabe de arce cae gota a gota en Vermont) .
En resumen, todo empieza con afinar tu percepción y eso multiplica tu experiencia de todo lo que se te presenta o aprendes.
¿Tú vives con la noción del impacto que tienes en quienes te rodean y cómo ves belleza en lo simple?
Tu bondad/magia
Unido a ese tema del impacto, que tiene que ver con cómo tus pasiones siembran semillas en tu entorno, está el asunto de las semillas que siembras en ti misma (o).
Cuando le pregunté sobre sus debilidades y fortalezas Diana me habló de la empatía, a la que veía en ambos extremos de la balanza, como si se tratara de tener un corazón con doble polaridad en cada latido. Vibrando con ansias de dar, pero con miedo de hacerlo y de recibir luz u oscuridad.
Como una persona que busca aprender y conocerse cada día más, ella reveló cómo la marcó conocer el significado de la palabra Metta. Su origen es el pali, una antigua lengua indoeuropea de la India, de la familia del sánscrito, en la que Buda predicó su doctrina.
Según recoge la web, Metta es un deseo de felicidad, para la verdadera felicidad, y el Budismo dice que hay que desarrollar este deseo para nosotros mismos y para todos los demás: "Con Metta para todo el cosmos, cultiva un corazón ilimitado".
En otras interpretaciones, Metta se refiere a una fuerza del corazón que puede mantenerse estable frente a circunstancias agradables y desagradables. A veces es posible que no nos sentimos conmovidos, pero sí con el profundo compromiso de no odiar y la dedicación para cuidar a todos los seres, expresamos bondad amorosa y la intención de la buena voluntad en circunstancias desafiantes.
Ya me comentaba Diana en la entrevista su conexión con la doctrina del estoicismo y ésta con algunos conceptos del budismo que a ella le atraen. ¿Qué es el estoicismo? Te ahorro la búsqueda: Una persona estoica es aquella que trata de trabajar el autocontrol y la autoconciencia para lograr una vida plena. Ser estoico no significa ser frío o distante, sino intentar dominar las emociones negativas para alcanzar la felicidad.
Y al final, es ser compasivo o amoroso con los demás y contigo misma (o). Esa compasión explicaría por qué Diana decidió hace unos años cambiar, junto a su esposo, a un estilo de vida vegano tras conectar con una realidad conscientemente, la de que la industria de explotación de animales para consumo humano tiene su impacto en el planeta y en la salud, según sostienen no solo activistas sino científicos y organizaciones como la ONU.
Puede que desde la acera de enfrente no entendamos esas creencias, ya que el mundo funciona de otra manera desde hace siglos. Solo que como en el caso de Diana (e incluso en el mío que en 2020 también adopté otra forma de alimentación que no incluye derivados animales) algunos aprendizajes conllevan responder (si es que podemos) o hacernos algunas preguntas.
¿Escuchas tu voz interior?
¿Y cómo suena, en paz o fluyendo en el caos?
¿Esa voz que oyes eres tú o solo tu ego?
¿O quien te habla a través de esa voz son tus miedos a ser diferente o creativo y que te juzguen los demás?
Para mí es mágico que alguien decida ser bondadoso, sin que ello implique sentir superioridad moral frente al resto, sino al contrario, que sea un acto de rendición a tu naturaleza porque lo que te gobierna es el amor y tus acciones son el reflejo de ello.
Al final Diana aprendió a escuchar su propia voz y el Universo le permitió que su voz fuera escuchada por otros que conectan a través de Calm con las meditaciones para ese mismo fin de estar sintonizados con nuestra voz, más difícil de escuchar entre tanto ruido.
Como cierro cada podcast, te regalo esa reflexión y no reencontramos en la próxima entrega de Factor Pasión, la conexión implacable.
Bonus: una foto de la flor de la pasión o passiflora, tomada por Diana, con el hashtag #beautysurroundsus o la belleza nos rodea
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