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La limpieza
Quizás por tal razón fue revelador para Zen cuando leyó “Cleaning in progress” (Limpieza en progreso) en el letrero que dejó la señora de la limpieza justo al frente del bebedero de agua.
Una frase que pensó podría aplicar a todos los seres que buscan, con conciencia o no, la limpieza espiritual, o alejarse de sus “pasiones mundanas” como las cataloga el budismo.
Para los ojos de Zen estaba claro que las pasiones, al final, eran como un yacimiento enterrado por millones de años después de la erupción de un volcán.
Con el tiempo y con paciencia, su lava petrificada atesoraría las más bellas piedras preciosas o semipreciosas.
A veces el volcán entraba en erupción frente a los ojos de Zen, y con pasión arrojaba piroclastos en forma de mensajes en un aeropuerto.
Como ese letrero de “Limpieza en Progreso” que bien podría estar en la puerta de entrada del consultorio de un terapeuta psicológico, y que en este caso se quedó ahí en el piso, huérfano.
La señora de la limpieza, seguramente ocupada en otros surtidores de agua o los baños de la terminal, “nunca” volvió por él.
Zen sintió que las limpiezas pueden ser lúdicas, como esa que experimentaba ahí, en una sala de espera que se volvía un terreno fértil para captar “mensajes obsidianos”.
Esos mensajes que eran como la obsidiana —duros pero quebradizos, con matices desde el negro hasta la gama del arcoíris— tenían un poder.
Si sabía interpretarlos, los bordes afilados que resultaran al fragmentarlos serían como un bisturí quirúrgico para operar su mente en transformación.
La abundancia
Y de pronto la mirada de turista de Zen coincidió con un cartel publicitario de un banco.
Era la foto gigante de una señora mayor saltando al agua en un lago. La imagen adornaba la pared donde colgaban los bebederos.
Where are you going…if everywhere is open? HSBC, opening up a world of opportunity, decía el cartel o “¿A dónde vas… si todo está abierto? HSBC, abriendo un mundo de oportunidades”.
De inmediato Zen buscó esas siglas en internet que equivalían a Hongkong and Shanghai Banking Corporation.
Leyó también que en chino cantonés, a HSBC se le conoce como “Wayfoong”, que significa “foco de riqueza” o “abundancia de remesas”.
¿Qué mensaje obsidiano albergaba esa información? Zen solía decir que: “Todo está abierto a la interpretación de quien mira, sobre todo ahora que miro con ojos de turista”.
Por eso, con el mundo abierto a las posibilidades, esa sensación de incertidumbre y abundancia por lo que vendría (algo que puede apoderarse de cualquier turista cuando va a viajar) estaba calando profundamente en el alma de Zen como algo positivo a lo que no se iba a resistir.
Poder captar la abundancia a su alrededor solo ocurrió después de que Zen reconoció la afluencia que le generaba vivir en conexión con sus pasiones, que eran muchas.
Continuará…
PD: Gracias por leerme y por favor comenta qué semilla sembró en ti este relato.
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