La ventana, la encrucijada y el reloj

Después de escuchar el audio anterior, mira mi video de lo que inspiró este relato.

Después de escribir el relato anterior me quedó la duda de si podía ir más allá. Quería explicar qué estado mental me llevó a escribirlo. Mostrarles cómo pude manifestar ese primer viaje para recorrer en tres semanas 8 países de Europa.

Fue un regalo para mí y mi madre que a sus 73 años no había cruzado al otro lado del Atlántico. El epicentro mental de esa aventura fue ese reloj frente a esa encrucijada de Varsovia que describí en el relato (ver video abajo de este párrafo).

No quería solo contar lo bonito de conocer otras culturas. ¿Cómo podría generar conversación? Motivar a otros a reflexionar sobre un tema apasionante que a mí me afectó -mucho antes de alcanzar el actual estado mental-: el miedo.

Y a la vez, hacerles pensar un poco sobre esa conexión del miedo con el paso del tiempo y la relación que tenemos con otros seres. Me encantaría propagar estas ideas como si fueran pasión pura que conecta con tu mente. Sobre todo para las personas más jóvenes que me escuchan y que, a pesar de todos sus temores, no renuncian a la pasión por evolucionar.

Así que si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más, éstas son mis reflexiones para ti:

1- ¿Tienes conciencia de tu poder de reiventarte en el tiempo? Hubo un momento en el que no tenía idea de lo que era básico para ser feliz. Incluso, me hubiera quedado sin palabras si me preguntaban si era feliz.

Para algunos la felicidad es un mito, y para otros solo basta vivir con pasión la vida…Esto último solo lo vi gracias a entender cómo trabaja y se activa mi conciencia. Y aunque el factor tiempo se me había escurrido entre la manos, me enfoqué en lo importante.

Imagínate que el tiempo es un río y que puedes vivir como dejándote llevar por la corriente de las horas… eso hice yo… en lugar de decidir sumergirme en lo profundo de cada minuto.

En mi caso, incluso me quedaba en la orilla contemplando, por miedo al juicio de los demás y el mío propio. Me tomó muchos años salir de mi zona de comodidad mental, tras posponer procesos por creer que no era el momento indicado para tomar muchas decisiones.

Crecía en mi conciencia esa semilla del miedo, un temor real a experimentar cosas nuevas como viajar más, ya que tenía terror de subirme a un avión. Me parecía estar siempre en modo sobrevivencia o incluso de fatalismo.

Estaba demasiado alerta anticipando las probabilidades de lo adverso. Detrás, como un justificante ancestral, estaba la crianza recibida de mis padres cuya palabra favorita era: ¡Cuidado! O los castigos venían en forma de gritos o correazos, los mismos métodos que emplearon contra ellos. Pero descubrí que todo estaba dentro de mí, sin culpas.

Luego, ya más adulto, me funcionó reconocer y retar a mis miedos, abrirme a lo nuevo con mentalidad de aprendiz y gestionar mi tiempo en modo YA, ahora o nunca, incluyendo los minutos que invierto en el gimnasio, en escribir, leer, viajar o dormir de 7 a 8 horas. ¿Y tú a qué le temes? ¿Sobrevives en tu zona de comodidad por mucho tiempo? ¿A dónde te encantaría viajar? ¿Cuántas horas duermes?

Si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más:

2- ¿Qué tanto evitas el cambio? Sé que no es fácil pero en un momento hay que aprender a integrar el poder de vivir el presente… y aceptar que todo es un proceso sumatorio de todos tus pequeños presentes acumulados.  Es decir, que cada minuto es una oportunidad de dar un giro a favor de lo que deseas ver en tu vida. Sé que lo que digo lo han escrito muchos autores, y más allá de lo que algunos califican de pseudociencia, por mucho tiempo yo no me percaté de que cada respiro vale (y te das mas cuenta si aprendes a meditar) que transformarte es tu decisión.

En tu evolución, como sucede con el ciclo vital de una mariposa, hay un ritmo natural casi matemático que pone tu vida en orden para el siguiente nivel. Que son necesarias las pausas para calibrar tu energía, tu GPS mental y domar tu ego. Pero eso sí, cultivar la paciencia que sirve para conectar con tu propósito de vida, esto no es más que ser observador de ti mismo. En lugar de buscar solo dosis pasajeras de dopamina u oxitocina al experimentar buscando un resultado que dura poco, piensa en cuál es el impacto o legado (para ti, los demás y el planeta) de eso que das al mundo, que trascenderá en el tiempo y que te da paz cada momento. ¿Cuándo vas a tomarte una pausa? ¿ Cuáles son tus propósitos? ¿Qué sientes que te daría esa paz duradera?

Si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más:

3- ¿Aceptas que siempre hay encrucijadas en tu vida donde el tiempo apremia?A mi me pasó y quizás a ti también que hay momentos en los que te sientes en el caos, y lo que puede funcionar simplemente es ejercitar tu mente fluyendo en ese caos…Más que la dirección que tomes, el cambio de dirección fomenta tu flexibilidad mental y emocional para adaptarte y manifestar tus deseos aunque tengas miedo, abrirte incluso a que el Universo te sorprenda con más.

Por ello, estudia siempre algo nuevo que te abra a nuevas perspectivas. No quiero decir que hagas una carrera universitaria de todo sino que pongas nuevos datos en tu cabeza que conecten con tu interior y que te ayuden descifrar cómo funciona tu conciencia. Yo por ejemplo me acerqué más a la astrología, la cábala y hasta la neurociencia para sentir desde otros ángulos, sin juzgar ni juzgarme. Y tu, a qué encrucijada te acercas? Estas preparada o preparado para conectar con otras perspectivas o modos de sentir?

Si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más:

4- ¿Sabes que una mente entrenada es capaz de determinar lo qué atraes a tu vida y eso incluye a las personas y circunstancias? ¿Por qué lo digo? Porque siempre es más fácil hacernos víctimas para culpar a otros de lo que nos pasa en vez de hacernos responsables. Yo fui así, pero descubrí que la proteína de mi mente es la creatividad, esa pasión que resulta al reprogramarla con la información distinta a la que me hundía buscando culpables de aparentes desgracias. Esa proteína que expande tu mente necesita ese espacio abierto al borrar aquello que te resistías a eliminar por apego a ese objeto, pensamiento o a esa persona…solo quédate con las lecciones que esa experiencia te dio. Así hice yo, agradeciendo a todos esos maestros y empecé a fluir en la lava de un volcán inagotable de creatividad para la escritura. ¿De qué tienes que desapegarte tu? ¿Cuándo despiertas a tu genio creativo y lo dejas vivir en tus escritos?

Si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más:

5- ¿Qué sientes en un museo cuando contemplas la obra de un artista? Para mí, el hecho de intentar descifrar el mensaje usando tu percepción, completa la obra. Al agudizar esa conciencia artística del potencial de tu mente, en alguna etapa de tu vida, podrías descubrir ese ser artista que albergas en ti, aquel que se maravilla ante la sorprendente certeza de la física cuántica, con todo el misterio de sus invisibles partículas de energía que forman todo lo que existe, incluso tu y yo. Con esa visión amplia de cada ingrediente que te forma, se crean las rutas que conectan tu mente consciente con tu corazón, con tu propósito como parte de la humanidad en cada tiempo preciso. ¿Estás listo para autorreconecerte como artista de tu vida?

Si estás en tus 20, 30 o 40 años de edad o más:

6- ¿Te dejas llevar por la intuición? Al hablar de esa comunión corazón y mente, me refiero a tu intuición, a la capacidad de generar relaciones de amor contigo, con lo que te rodea, con la naturaleza, llámense personas y animales de este maravilloso planeta. La intuición es sanadora, da voz a esa parte de ti que antes no oías.

En mi caso, decidí entender mi voz intuitiva y ahora conecto con una dieta que no incluye animales, conecto más con la sabiduría de las personas mayores, me ejercito a diario, observo más el arte en lo que me rodea y viajo mucho más porque acepto que habita en mí eso que valoro en los demás. Y tu, cómo descubres el mensaje de tu intuición? ¿Te agradaría conectar con otros seres desde el amor, su legado y no desde el juicio?

Gracias por leer Factor Pasión. Si te gustó, reenvíalo a los apasionados que conozcas que puedan conectar con el mensaje.